Rudy, vuelve a casa

Por enésima vez, Rudy lo ha intentado, de hecho lo sigue intentando, lo intenta desde que finalizara una más que notable campaña como rookie en la temporada 2008-2009. Lo intenta pero parece cada vez más difícil recuperar al "viejo" Rudy, al gran Rudy.

Hablar de lo bueno que era (y todavía es) Rudy Fernández en su etapa en el DKV Joventut de Badalona de la Liga ACB, sería redundar en algo que ya saben los amantes del baloncesto y que tantos partidos han visto al ex jugador verdinegro. A modo de resumen, recordar que durante su trayectoria ACB, Rudy era un jugador con infinidad de recursos ofensivos, capaz de aprovechar su asombrosa capacidad de salto para destrozar el aro rival en numerosas ocasiones. Un jugador capaz de jugar el 1 contra 1 de manera brillante, penetrando hacia canasta haciendo uso de su agilidad, o tirando suavemente sin importarle demasiado la oposición rival. La versatilidad de Rudy, desaparece poco a poco en la NBA.

No es la primera ni será la última vez, que un jugador europeo o formado en ligas europeas, necesita "especializarse" para tener minutos en la NBA. Les ha ocurrido a muchos, Nocioni, Oberto(reconvertido a fajador bajo los aros), Navarro, Jasikevicius... incluso al mismísimo Toni Kukoc, jugador al que está transformación le afectó en menor medida, pero que en su etapa NBA no fue el magnífico jugador que fue en Europa, capaz de hacer prácticamente lo que le viniera en gana en una cancha de baloncesto, su paso por la NBA fue bueno, sin duda un gran jugador también como integrante de los Bulls de Chicago, pero ya no era tan versátil, había sufrido en parte, la "especialización" más común que sufren los jugadores europeos que dan el salto a la gran Liga americana, se convirtió en un tirador. Es lo más común en los jugadores europeos con buena muñeca, acabar convertidos en tiradores cuya única función para sus equipos es la de ejecutar tiros abiertos o tiros saliendo desde diversos bloqueos, es esta "especialización" lo que trajo de vuelta a Juan Carlos Navarro, consciente de que en Europa es mucho más que un tirador, es un líder sobre la cancha y un jugador capaz de hacer mil cosas en ataque.

Este hecho se debe a que la mayoría de jugadores europeos que emigran a la NBA, pese a sus indudables fundamentos técnicos y conocimiento del juego, no llegan a alcanzar el nivel físico suficiente como para competir de tú a tú contra jugadores americanos mucho más atléticos, rápidos y fuertes que el gran conjunto de europeos que deciden jugar en la NBA. Así pues, son pocos jugadores provenientes del viejo continente los que de verdad se convierten en estrellas para sus equipos, como lo fueron en su día Petrovic o el mismo Stojakovic cuando jugaba en los Sacramento Kings junto a otros grandes jugadores, como Divac y Webber.

Rudy está viviendo de lleno la transformación que sufren los anteriormente mencionados jugadores europeos, a los ojos de su entrenador, Nate McMillan, Rudy es un tirador, un especialista desde la línea de tres. Siendo realistas, no es un mal rol para Rudy, es capaz de cumplirlo y de gozar de 15-20 minutos por noche cumpliendo su papel, con mayor o menor acierto según el día. Muchos jugadores firmarían por esa situación de minutos en una franquicia NBA. Pero para lo que muchos sería un papel razonable, para Rudy empieza a ser (si no lo es ya) una cárcel dónde cumplirá condena resignado a saber que puede cumplir ese papel, pero sabiendo que es capaz de mucho más, como empezó a demostrar en su primera temporada en los Estados Unidos. Es cierto que ya en su primera temporada era utilizado en muchas ocasiones, la mayoría de las ocasiones, como un tirador letal para los equipos rivales, pero demostraba en todos los partidos que disputó, parte de la versatilidad que el jugador español atesora en su juego. Los alley oops era algo bastante habitual en él, llevándole a participar en un concurso de mates donde firmó un mate espectacular, pero en el que también hay que reconocer que no lo consiguió a la primera, forzándose así su eliminación.

Son esos pequeños destellos los que a día de hoy no aparecen en el juego de Rudy Fernández, los que empezaron a desaparecer durante la temporada pasada, en los problemas físicos y algún que otro desencuentro con su entrenador. Fue la temporada pasada dónde se empezó a ver algo evidente en Rudy, que no era completamente feliz. Sin felicidad ni confianza, el juego de Rudy se resiente y es una lástima que ocurra algo así en un jugador que ha demostrado sobradamente que es capaz de hacer levantar del asiento a los fans del buen baloncesto, lo saben en Portland, público agradecido con los jugadores de calidad, que siempre le ha arropado, lo saben los aficionados del Joventut de Badalona, los entrenadores y aficionados europeos y los rivales que han sufrido alguna de sus maravillas sobre la cancha. Lo sabemos también en este blog así que, antes de que se convierta en un jugador de un único recurso, si queremos disfrutar de Rudy Fernández, del "viejo" Rudy, versátil y capaz de utilizar numerosos recursos ofensivos sobre una cancha de baloncesto, por favor Rudy, vuelve a casa.