jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Qué pasa en Hollywood?

Free fallin' (caída libre). Así reza el titular de www.nba.com sobre la cuarta derrota consecutiva de Los Angeles Lakers esta pasada madrugada, la peor racha negativa desde que el conjunto angelino cuenta con Pau Gasol. Para remontarnos a una situación similar de derrotas consecutivas, tenemos que remontarnos al año 2007, cuando la posición de pívot titular de los Lakers era compartida por un jovencísimo y sano Andrew Bynum (titular 53 partidos) y un Kwame Brown que por aquel entonces ya demostraba todo su potencial en la Liga NBA... a la postre ha demostrado más bien poco, tal y como apuntaron siempre sus maneras en la Liga.


Ayer estaba viendo el partido Lakers-Rockets en directo, preparando la  que finalmente ha sido la primera entrada de este blog. Al mismo tiempo intentaba analizar de manera objetiva la situación de los Lakers, sin que la gran admiración hacia lo que han conseguido en los últimos años influyera demasiado en mis reflexiones. El partido tuvo situaciones en la que los californianos daban síntomas de estar finos, pero eran pequeños arreones inconsistentes de la gran calidad que atesora la plantilla, sobretodo el quinteto titular y las esporádicas (cada vez más habituales) aportaciones de Shannon Brown y Matt Barnes. Sin embargo, estos pequeños atisbos de clara superioridad técnica, táctica y de centímetros en la zona de los Lakers, era contrarrestada por unos Rockets que si de algo saben es de sufrimiento, trabajo y esfuerzos extremos. En este terreno tienen verdaderos especialistas, como Luís Scola, o Shane Battier, jugadores curtidos en mil batallas que, especialmente con Houston, han sabido sobreponerse a las adversidades que han ido encontrando a lo largo de las últimas campañas. Bien es cierto que Houston no logró el pase para los Playoffs la temporada pasada, pero no por eso son un rival débil o poco peligroso. Hago hincapié en la rocosidad y afán de superación del equipo tejano porque ahí esta la clave precisamente del momento "complicado" que esta viviendo Lakers. Como he mencionado antes, Houston ha vivido unas últimas temporadas un tanto complicadas, con sus momentos estelares y con la amargura de la temporada pasada, en la que siguieron los Playoffs por televisión. Sin embargo, este equipo fue capaz de conseguir en la temporada 2007-2008, una racha de 22 triunfos seguidos, de los cuales aproximadamente 11 (si no recuerdo mal) vinieron de la mano del espíritu de trabajo y fortaleza mental de un equipo que no contaba con su jugador franquicia, Yao Ming, que vería empezar poco a poco un calvario de lesiones que por desgracia, a día de hoy parece que es irreversible y nos impedirá ver al gran Yao tal y como hemos podido ver en campañas anteriores.

Y precisamente de lesiones, rocosidad y frescura es de lo que padecen los Lakers en este momento de la temporada. Pau Gasol ha firmado un inicio de temporada espectacular, probablemente el mejor de su carrera, con un verano de por medio que ha aprovechado para descansar y recuperarse de cualquier tipo de molestia física. A ese gran estado de forma de Pau se le sumó un estado de excelencia en el que vive Lamar Odom en este inicio de campaña, que convertía al juego interior de Lakers en un arma letal para cualquier otro equipo. Pau Gasol y Lamar Odom estaban rindiendo juntos, como la mejor pareja interior de toda la NBA. Pero en la excelencia de Gasol y de Odom, radica también el principal problema de Lakers en estos instantes, y es que ambos están fundidos. Sí, han leído bien, con tan sólo 19 partidos de temporada regular disputados, el estado de agotamiento que presentan estos dos importantísimos jugadores para este y cualquier otro equipo del mundo, es alarmante. Cabe destacar que por supuesto, este agotamiento no se debe a mala preparación de ninguno de ellos por su parte, o de no acoplarse al ritmo de los partidos, no. La culpa del cansancio del juego interior  de Lakers se llama Andrew Bynum.

Andrew Bynum debería haber empezado ya a jugar partidos, a ocupar de nuevo el puesto de pívot titular con pocos minutos al principio, aumentando su carga de trabajo progresivamente, pero no ha sido así. Bynum se operó de su maltrecha rodilla más tarde de lo recomendable, y ahora sus compañeros están pagando el pato. Phil Jackson mostró hace poco cierto malestar por la ausencia de Bynum hace unos días, en declaraciones en las que hablaba precisamente de la importancia que tiene la ausencia del grandullón Bynum en el esquema de los Lakers. Bynum es imprescindible para los angelinos, por mucho que sea objeto de muchísimas críticas en algunas ocasiones, bien por su fragilidad, o porque se esperan números más "impactantes" para el que se supone que es una "perla" bajo la tutela del mítico Kareem Abdul-Jabbar. Bynum es letal para cualquier equipo, cuando lo combinas con un 4/5 como Pau Gasol, versatilidad e inteligencia personificada sobre el parqué. La unión del músculo y los kilos de Bynum unida a esa versatilidad del español, hacen del juego interior de los Lakers un arma muy peligrosa, que cuando no te martillea con fuerza bruta, es capaz de aprovechar un tiro de 4-5 metros para Pau, por no hablar de su visión de juego que permite asistir a sus compañeros, en especial, generar espacios para Kobe. Si a todo esto le sumas a Lamar Odom como sexto hombre, entonces tienes sin duda el mejor juego interior de la NBA. Prueba de ello son los 2 anillos consecutivos en las últimas 3 temporadas (2 y media con Pau Gasol), en las que han sido finalistas.
Bynum aporta todo esto al equipo en cuanto al juego ofensivo y todavía más al juego defensivo. No todos los equipos de la NBA pueden presumir de tener a dos jugadores interiores de más de 2.13 metros de estatura. Menos aún de la calidad de Bynum y Gasol. Con este dato podría servir para hacerse una ligera idea de la importancia de los centímetros en las tareas defensivas en la zona, pero a eso hay que sumarle el poder de intimidación y de desviar tiros que poseen ambos jugadores. La combinación es asombrosa y hace que anotar a Los Angeles Lakers, sea una tarea complicada cuando éstos trabajan a conciencia en defensa.

Sabiendo todo esto, es relativamente fácil averiguar por dónde le viene las dolencias en estos momentos a los Lakers. La sobrecarga de minutos de Pau y Lamar, sin un recambio interior de garantías (el rookie Caracter no acaba de aportar lo esperado), hace que el resto del equipo se vea lastrado en defensa, incluso el mismo Kobe, jugador que ha demostrado sobradamente lo buen defensor que es en las últimas temporadas. Kobe ha sido operado de la rodilla también este verano pasado, y pese a que es un crack capaz de hacernos creer muchas veces que no es humano, no está al 100% y eso se nota. Necesita que le cubran las espaldas los "grandullones", alguien que patrulle la zona con autoridad porque el no puede realizar aún un trabajo defensivo totalmente eficaz en la línea exterior.
Volviendo al partido de ayer contra los Rockets, era asombroso ver como en ocasiones, parecía tan y tan fácil anotar al equipo púrpura y oro, como resultaba tan fácil penetrar ante un Derek Fisher que ya no tiene un físico para tantas alegrías, como un Kobe que no está a tope físicamente no puede parar todos los ataques desde el perímetro de jugadores como Kevin Martin, o Shane Battier, y además llegar a tiempo a las ayudas contra gente con buena muñeca como Kyle Lowry o Chase Budinger.
Esto ha sucedido también en las tres anteriores derrotas, dónde los rivales de Lakers han demostrado estar más rápidos, más despiertos en los momentos finales de partido, momentos en los que los jugadores principales de Lakers, están fundidos por la carga de minutos que provoca la ausencia de Bynum en todos ellos.
Decir también que no toda la culpa es de Bynum, lógicamente, también el banquillo de Lakers, que tan bien ha respondido en algunos partidos en este inicio de curso, ha sufrido de nuevo un pequeño bajón (ningún triple anotado por Matt Barnes en las tres últimas derrotas) y obliga a sobrecargar aún más de minutos a Fisher, a Kobe y a Ron Artest.

En definitiva, ¿que está pasando en Hollywood?. Simple, Bynum no está y afecta a la estructura del equipo, provocando un cansancio excesivo en la plantilla, sin embargo, no es tan dramático como el artículo puede hacer creer y es que en el afán por intentar explicar de manera exhaustiva lo que sucede, quizás se ha vislumbrado cierto aire trágico. Nada más lejos de la realidad en mi opinión. Lakers puede presumir de ser un equipo fuerte tanto en lo físico como sobretodo, en lo mental. Los triunfos volverán, son los favoritos para revalidar el título y para imponer su dictadura en el Oeste y Bynum tarde o temprano se reincorporará al equipo, con lo que el optimismo será mayor dentro del vestuario. Como leí hace tiempo en un artículo del gran Antoni Daimiel, lo que le ocurre ahora mismo a Lakers, no es enfermedad, sólo son molestias. Molestias que desaparecerán con la primera victoria futura.

4 comentarios:

  1. Venga, a ver si se anima la gente y comenta un poco.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, pues nada, ya me paso yo en primer lugar. Pueden pasar muchas cosas con los Lakers, y evidentemente un partido puede perderse. Pero, perder con Houston, sin Yao ni Brooks, es preocupante. Viendo el juego interior que puso en liza Houston, aunque Pau no esté bien, dále balones. Estuvo fallón, pero su superioridad en centímetros tendría que hacerse valer mucho más.

    ResponderEliminar
  3. Completamente de acuerdo en el ánalisis sobre la ausencia de Bynum, y lo que su ausencia afecta al equipo, pero en los primeros trece partidos de liga este equipo ha impresionado a todos, y todo el mundo les colocaba como claros favoritos al título (además viendo como han empezado en Miami). No se acumula el cansancio de repente, para ser la excusa de cuatro derrotas seguidas.

    Creo que es más una cuestión mental, ya se han demostrado su propio nivel, la mejora de su segundo equipo respecto a años anteriores, valorado como está el patio en su conferencia y se han relajado.

    Los Spurs, lo han hecho durante una década (tal vez este año sea la excepción), tontean hasta febrero, manteniendo por supuesto un nivel, y partir de ahí se ponen las pilas.

    Los mismos Celtics, con un equipo más completo que el año pasado, todavía tiene margen de mejora, aún no han metido la quinta.

    Y los Heat, aunque éstos no se están midiendo, es que no pueden, también estarán arriba en abril, es imposible que un equipo que tiene a esas tres estrellas, no esté en la pelea por el título.

    Apuesto a que en un mes, aunque no les ayude Bynum, los Lakers están otra vez encabezando su conferencia.

    ResponderEliminar
  4. No entiendo mucho de baloncesto, pero la redaccion de tu articulo es inmejorable

    ResponderEliminar