jueves, 13 de enero de 2011

La eclosión de Raymond Felton



Los New York Knicks presentan un balance de 22-16, lo que les coloca como sextos en la conferencia Este y, lo más importante de todo, ante posibilidades reales de jugar los Playoffs tras no hacerlo las últimas temporadas. Gran culpa del buen momento de los Knicks es de Amar’e Stoudemire, al que muchos colocan como gran candidato a llevarse el MVP este año, compitiendo contra rivales de entidad como LeBron James, o Kevin Durant. Que los Knicks jueguen los Playoffs y Amar'e sea candidato al MVP, depende en gran medida del timonel de estos nuevos Knicks. El base Raymond Felton, que por fin muestra su verdadero nivel.



Raymond Felton fue elegido en el puesto número 5 del draft de 2005 por los Charlotte Bobcats, por detrás de los dos mejores bases de la NBA a día de hoy, Chris Paul y Deron Williams. Felton se convirtió en el tercero en discordia en un draft dónde los focos se centraron en las elecciones de Andrew Bogut como número 1 del draft, y en los dos bases citados anteriormente. No fue un “robo” de draft como Monta Ellis (número 10 de la 2ª ronda), en absoluto, de Felton se sabía que era un base de grandes cualidades, un sólido director de juego que presentaba una actuación de 3 temporadas con los Tar Heels de North Carolina, en la que promedió unos números de: 12.5 puntos, 4.1 rebotes y 6.9 asistencias por partido.
Tras ser elegido por los jóvenes Charlotte Bobcats, Felton afrontaba el reto de convertirse, en su temporada como rookie, en base titular de un equipo que, por aquel entonces, afrontaba su segunda temporada como franquicia de la NBA. Ya en ese primer año, Felton daba muestras de ser un base puro, pero capaz de anotar en diversas ocasiones, sin perder nunca la faceta altruista de su juego.
Durante las siguientes temporadas en Charlotte, el estilo de juego de Felton fue acompañado progresivamente por el crecimiento del jugador en la cancha. Base titular, más minutos, más responsabilidades, mejores jugadores a su alrededor, incluso entrenadores nuevos. Pero pese al crecimiento del juego de Felton y a la mejoría progresiva de unos Bobcats que la temporada pasada lograron clasificarse para jugar los Playoffs (y ser barridos en 1ª ronda), se apreciaba en Raymond Felton, que estábamos ante el vivo ejemplo de un jugador lastrado. Lastrado por el peso de estar en una franquicia perdedora y con pocas ilusiones, pese a contar con Larry Brown como entrenador las 2 pasadas temporadas, y haber jugado los Playoffs el curso pasado.

Afortunadamente, Raymond Felton se ha quitado todos los lastres de encima en los New York Knicks. Felton se enfrenta a reto parecido al que ha vivido en Charlotte, con ciertos matices claro está, pero también con similitudes. Los Knicks, con el paso de los años, se han convertido en un equipo perdedor, asiduo a vivir ridículos incluso en su propia cancha, el mítico Madison Square Garden, el templo mundial del baloncesto. Se han convertido en un equipo sin rumbo. Hasta este pasado verano, y ahí empiezan las diferencias, en el que los Knicks trabajan seriamente para confeccionar un equipo que, con el paso de los partidos, logre convertirse en serio opositor a luchar por una plaza de Playoffs y devuelva la ilusión a los seguidores de la “Gran Manzana”.
Los Knicks se hicieron con los servicios de varios jugadores en el mercado de agentes libres de este verano, entre ellos la gran estrella Amar’e Stoudemire y el joven base de North Carolina, Raymond Felton. De Felton, como le ha ocurrido en Charlotte y como le ocurrió en el draft de 2005, se habla poco, por no decir que no se habla. Parece tener el don de pasar desapercibido ante las miradas de los demás y, sin embargo, se ha convertido en la pieza fundamental para el correcto funcionamiento de unos Knicks que, le reconocen por derecho propio, ha ser el segundo de a bordo. Raymond ya no tiene que preocuparse del lugar que ocupa en el roster del equipo, sin Gerald Wallace, Stephen Jackson ni Boris Diaw a su alrededor, queda claro que en su nueva etapa en los Knicks, es el líder tras Amar’e Stoudemire, un líder silencioso probablemente, ya que se siguen con más atención actuaciones como la de los jóvenes Danilo Gallinari, Wilson Chandler, o el sorprendente rendimiento del novato Landry Fields. Como siempre, a cobijo de las miradas más mediáticas. Afortunadamente para Felton, el reconocimiento en la cancha, por parte del staff técnico de los Knicks y de sus compañeros, es más que evidente. Con un estilo de juego tan ofensivo como el que practican los Knicks, entrenados por Mike D’Antoni, Felton ha asumido muchas más responsabilidades de las que asumía a los mandos de su antiguo equipo. El contar con un socio como Amar’e al lado y jugar bajo las órdenes de un entrenador que da gran importancia a la cualidad de los jugadores para generar puntos, Felton ha visto como sus números y su impacto en el juego han crecido, notablemente los primeros y extraordinariamente lo segundo. Cuando en los posts hablo del “impacto en el juego” que tiene un determinado jugador, me refiero a, más allá de los números que aporte, a las cosas positivas, ya sean tangibles mediante estadísticas o no, que ofrece el jugador cuando se encuentra en la cancha, tanto para las acciones individuales, como para el funcionamiento del equipo sobre la pista, como por ejemplo controlar el tempo del partido, no perder balones en situaciones de riesgo innecesario, el funcionamiento del equipo con su presencia en cancha, etc., etc. Y es en esto último dónde Felton ha cobrado mucho más protagonismo del que tenía en los Bobcats, un equipo ultra defensivo y dónde el libre albedrío y las genialidades individuales son algo muy difícil de encajar cuando tu entrenador es el metódico Larry Brown, firme y estricto dónde los haya, a parte de gran entrenador. Raymond Felton se ha coronado como base ideal para estos Knicks, un jugador que pasa desapercibido para muchos, pero que sin darse uno cuenta, va haciendo daño poco a poco al equipo rival que, para cuando se percata de lo que se le viene encima, tiene a Stoudemire destrozando el aro rival y a Felton dirigiendo el resto del ataque Knickerbocker, encontrando al compañero libre de marca, o aprovechando los huecos que genera el peligro de Amar’e en la zona y la amenaza en el perímetro de jugadores como Gallinari.

Si Raymond Felton sigue evolucionando y mejora sus atributos defensivos, de aquí a poco, menos de lo que pensamos, dejará atrás el ser el tercero en discordia del draft de 2005, que tiene a Chris Paul y Deron Williams como abanderados, para convertirse en un jugador más que a tener en cuenta en las quinielas de mejor base de la NBA. El juego de Raymond Felton ha eclosionado y los rivales lo saben.



Eduardo Góngora

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